Este es un análisis de Creed, la primera parte del spin-off de Rocky, donde hablamos de sus influencias y los recursos que utiliza para la elaboración del relato.

Creed: análisis de la película (con spóilers)

por Benjamin Galindo

Creed y la crisis de identidad.

 

Con motivo del estreno de la tercera parte de Creed, el spin-off de la franquicia de Rocky Balboa, (aquel personaje que creara Sylvester Stallone hace casi 50 años), me di a la tarea de revisar las dos primeras cintas, y analizar porqué son tan buenas y salen del cliché de películas deportivas.

La primera cinta, de la que hablaré en estas líneas, me pareció de lo mejor que se estrenó en aquel ya lejano 2015. Y una de las razones por las que creo que Creed funcionó tan bien como cinta individual, (más allá de que bebe de una franquicia) es que no es solo argumento. Creed se preocupa por los personajes, las subtramas, el desarrollo, la puesta en escena y por supuesto, el tema central.

Desde el título, pasando por los diálogos, hasta los puntos de la trama, Creed se asegura de que sepamos que la película trata de Adonis Johnson (luego Creed) teniendo problemas de identidad.

Hay cuatro momentos en este desarrollo temático que me parecieron excelentes. ¿Por qué? Porque van más allá de ser simples puntos de la trama, son momentos que mezclan trama, imagen y tema, para hacer lo que sólo el cine puede hacer: Arte.

El pequeño Adonis y el manejo de la ira.

En la secuencia inicial de la película, tenemos al pequeño Adonis luchando en una correccional. En este momento de su vida, Adonis no tiene ni idea de quién era su padre. Su madre biológica está muerta. ¿Y él? Pelea todo el tiempo.

Tras su pelea, en la que es separado por los guardias, lo separan del resto y le avisan que tiene una visita. Una mujer. Durante la conversación, el pequeño Adonis se pone furioso. No quiere mirar a la mujer que lo visita. Mantiene un puño cerrado todo el tiempo, hasta que la mujer le dice que su padre era Apollo Creed y que ella es la viuda. Le pregunta si quiere vivir con ella. En ese momento, Adonis relaja el puño. Incluso tenemos un primer plano de la mano para no perderlo de vista.

Es bastante obvio, sí. Pero de manera sutil nos da a entender el conflicto interno de Adonis desde la niñez; es una buena persona, con problemas de ira. Y esa ira le causa problemas a lo largo de la cinta, con casi todas las personas con las que tiene contacto. Pero también es una representación de la trama que estamos por ver: Adonis está aprendiendo a dejar de luchar contra lo que es.

creed ira
Creed, un relato sobre el manejo de la ira | Foto: Wikimedia Commons

 

Adonis y una proyección de vídeo.

Antes de que Adonis se mude a Filadelfia para convertirse en boxeador profesional, pasa una noche viendo uno de los combates entre Apollo Creed y Rocky Balboa en YouTube.

Adonis es, en este punto, como cualquier otro espectador. Pero entonces, inmerso en el estudio del combate y en sus ganas de boxear, Adonis se levanta. De pie frente a la proyección, Adonis imita el combate. Da puñetazos como Rocky o Apollo. Se mueve como ellos. Intenta ser como Rocky y Apollo. Quiere ser tan bueno como ellos.

Lo que hace genial este momento, para mí, es el hecho de que la lucha se proyecta ahora en Adonis. Así que no es sólo él viendo en una pantalla. Él está literalmente de pie delante de la imagen proyectada, lo que significa que la imagen se reproduce en Adonis. El punto de esta película es la transición de la franquicia de Rocky a Adonis. Por eso se llama Creed. Así que este momento de la pelea Rocky/Apollo proyectada sobre Adonis es una manifestación física de ese propósito. Funciona como una representación visual de la transición que está teniendo lugar.

El momento también entra en el tema de Adonis descubriendo quién es. En este momento, no es un boxeador profesional. No es un campeón. Todavía tiene miedo de ser el hijo de Creed. Aún no quiere usar el nombre “Creed”. Sigue teniendo una relación compleja y dolorosa con su padre. Le vemos imitando ser un gran boxeador, imitando ser un Creed. El mismo lo dice hacia el inicio del tercer acto “temo ser un Creed falso”.

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Creed, un relato que va más allá del boxeo | Foto: Wikimedia Commons

Adonis y los motociclistas.

En el primer Rocky, Rocky tiene un montaje de entrenamiento que cuenta con la micronarrativa de la gente de Filadelfia animando a Rocky. Y una canción inolvidable de Bill Conti, mientras corre por la calle, los niños le persiguen. La gente de Filadelfia le abraza. Lo acepta como uno de los suyos.

Esa idea de formar parte de Filadelfia es una de las tramas secundarias de Creed. Rocky dice varias veces que Filadelfia es un lugar para luchadores. Que hay algo en la ciudad que los hace grandes. Cuando Adonis llega por primera vez, es un forastero. Los boxeadores del antiguo gimnasio de Micky le apodan “Hollywood”.

Adonis tiene que ganarse su lugar en Filadelfia. Esta aceptación culmina cuando Adonis se detiene ante el gimnasio, grita, se golpea el pecho, llama a Rocky, que sonríe desde la ventana de un segundo piso, mientras los motociclistas rodean a Adonis y le vitorean, todo ello a cámara lenta mientras suena una intensa música rap.

La verdad es que me gusta esta escena. La música. La intensidad. Aunque una parte de mí piensa que es melodramática, pero da igual. La vida a veces lo es. Y está bien. Lo que me convence es que no es sólo un “momento bonito”. Está ahí para completar la idea de que Adonis se ha despojado de su personaje “hollywoodiense” y ahora forma parte de Filadelfia. Es una forma de dar forma física a un tema intangible. Lo mismo que el puño, lo mismo que Adonis boxeando frente a la proyección.

Por eso soy fan de Creed. No sólo por la acción, no sólo por los personajes, sino por las sutiles formas en que la película fusiona tema, imagen y acción.

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El estreno de Creed está dando mucho de que hablar | Foto: Wikimedia Commons

El combate final y el encuentro de identidad.

Al final de la gran pelea culminante, Adonis pierde por decisión de los jueces. Pero, al igual que en la primera cinta de Rocky, el héroe se ha ganado el respeto del público y del mundo. Creo que alguien tiene el diálogo de Adonis diciendo algo así como “Adonis se ha ganado el nombre de Creed“.

Este momento es la culminación del tema de la identidad.

La tensión y el miedo que Adonis ha sentido porque siempre ha estado inseguro de si era lo suficientemente bueno para ser el hijo de su padre, para ser un Creed se acabó (por ahora). Puede relajarse.

Su deseo de ser tan bueno como Rocky y Apollo, de ser como Apollo, se ha hecho realidad. Adonis ha tenido la pelea. Ha lanzado los golpes. El público le ha aclamado.

Esto también se ve recompensado en el momento en que Adonis está en el sofá, donde fue, durante un breve tiempo, igual que el resto de nosotros: alguien que vio la pelea de Rocky y Apollo en su televisor. Salvo que pasó de ser como nosotros a ser como ellos, en el ring mientras le animamos. Ya no está fuera. Él es la franquicia.

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Por Benjamin Galindo

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