El cine es como la cocina y el amor, tiene que estar bien sazonado y con una alta carga de emociones y una gran descarga visual y auditiva.
Peo esto definitivamente toma mucho más sentido en el cine de terror porque en él nuestros sentidos se despiertan aún más, estamos más alertas porque sabemos que en cualquier momento puede venir un sobresalto.
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Sin embargo, esto sólo se logra gracias a la música y los colores que despiertan nuestros sentidos. Si nos vamos al pasado, en Häxan: la brujería a través de los tiempos (1922), vemos que la cinta se nos presenta en tonalidades oscuras y llenas de color rojo intenso, esta película de Benjamin Christensen aborda la historia de la magia negra y brujas suecas, todo cargado de una música que inspira terror, además de una gran documentación sobre la inquisición y otras atrocidades medievales.
También otro ejemplo sobre los colores y la música es El Gabinete del Doctor Caligari (1920) de Robert Wiene. La historia no sólo nos pone a pensar si lo que ocurre es real o no, también nos da una sensación de que cuando los colores se tornan más oscuros o nítidos y brillantes es porque habrá un cambio abrupto en la escena, digamos es como los jump scares (sobresaltos), pero de una manera más sútil.
En Suspiria (1977), de Dario Argento notamos también un uso extremo del azul y rojo, éste último recordemos que según la psicología del color, es la representación de la pasión, pero también a nuestra vista es un color agresivo y de alerta, incluso la música en esos momentos es más fuerte, con notas más intensas, agudas y penetrantes. Recordemos que la academia de Madame Marko, está pintada justo de rojo y es un lugar peligroso.
Entonces, digamos que el rojo en una cinta de terror constantemente nos dice “¡cuidado! Ahí hay peligro”, y por supuesto como espectador también lo vinculamos con sangre y muerte. En contraste, si repasamos Suspiria, vemos que cuando hay momentos en los que prevalece el azul, la música incluso es calmada y sabemos que “por el momento” todo está bien, porque el azul representa calma, frío, inteligencia y a su vez es mucho más amable a la vista que el rojo.
Sin embargo, esta regla se rompe un poco en Nightmare on Elm Street (1984), de Wes Craven, en la escena en la que vemos a Freddy perseguir por un callejón a una de sus víctimas, todo está en color azul con contrastes negros y algunas tonalidades de azul más claro, pero Freddy está acechando y pese a que el azul nos debería transmitir tranquilidad y confianza, aquí se rompe esta regla, gracias a las notas musicales agudas, pues son éstas las que a nuestro sentido auditivo le avisan que nada puede salir bien.
De hecho lo mismo pasa en Suspiria, una de las muertes dentro de la academia se da en un ambiente totalmente azul, pero es la conjugación con la música la que pone en alerta nuestros sentidos y manda esa señal a nuestro cerebro de sentir miedo.
Otro color predominante en el cine de terror es el verde, pero en realidad funciona de igual manera que el rojo, pues regularmente lo vemos en tonalidades muy intensas para nuestra vista, lo que genera ansiedad.
En contraste con películas del tipo chic flick, en las de terror veremos predominar estos colores, verde, azul y rojo, pero en las románticas o cómicas, aunque también los veremos, será en tonos más amables, es decir, en tonalidad pastel. De hecho en ese tipo de cintas predominan los colores rosa o amarillo.
El rosa significa ilusión, ensueño, encanto y dulzura; mientras que el amarillo representa optimismo, amabilidad y hospitalidad. En este tipo de cine aunque si bien, se usa también el rojo, será principalmente para representar pasión y amor.
Por Dany Boo
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