Descarga y lee uno de los guiones de Dr. House
El sarcasmo llevado al extremo en una serie de televisión que se ganó a los espectadores precisamente por su incorrección política. Me refiero a Dr. House, una de las producciones más exitosas de todos los tiempos.
Durante 8 temporadas mantuvo la frescura de su personaje principal, interpretado por el encantador ojiazul Hugh Laurie, y la comedia ácida de cada episodio nunca perdió vigencia.
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Dr. House no sólo marcó una época en la televisión, sino que sentó una nueva fórmula de éxito para las producciones episódicas. Al inició se basó en la repetición: presentar extraños casos médicos que Gregory House conseguía resolver luego de pasar por investigaciones exhaustivas, tanto clínicas como sociales –allanar el hogar de los pacientes, hacerlos confesar la pila de mentiras que habían acumulado por años, etc.–.
De esta manera, los espectadores se acostumbraron a cada uno de los personajes y se adaptaron a las relaciones que se desenvolvían entre ellos.
Posteriormente, la situación cambió: los casos médicos perdieron relevancia y el foco de atención se centró en los conflictos personales de los médicos. Por ejemplo: la 5ª temporada, la cumbre de la serie, se basa en un solo caso médico. A partir de ahí, se revisan los conflictos en las relaciones interpersonales entre Gregory House, su explotado equipo y, por supuesto, Wilson.
Este tipo de estructura se retomó después en infinidad de series. Me viene a la mente Grey’s Anatomy o The Walking Dead. En el segundo caso, por ejemplo, todo inicia con la repetición: defenderse de los zombies para sobrevivir. Cada capítulo es igual, pero provoca que identifiquemos a cada personaje y sus características: si es valiente, si es cobarde, si es mentiroso, etc. Una vez que estamos en el mood necesario, los zombies pasan a segundo plano y es hora de descubrir los conflictos entre personajes. Ya después la serie se volvió asquerosa, a causa de la necedad de extenderla hasta el cansancio, pero eso es otro tema.
Así que Dr. House no sólo entregó a uno de los mejores protagonistas en la historia de la televisión, sino que marcó el camino que las series seguirían en el futuro.
El genio detrás de todo esto es el canadiense David Shore, creador del mundo de Gregory House. Recientemente revisé uno de los guiones que escribió para la serie y resulta que me encontré con asuntos muy interesantes. Más allá de generar una historia que atraparía a cualquiera, Shore parece tener muy claro lo que se necesita para una producción televisiva.
Por ejemplo, ¿recuerdan esos momentos en los que vemos el hospital de Princeton desde lo alto y después saltamos a la acción dentro del edificio? Eso está escrito en el guion; es parte del ambiente que el autor quiere crear; es parte de la repetición necesaria para que el contenido sea indeleble en la mente del espectador.
Así como el intro de cualquier serie se queda plasmado en la memoria, estos guiños también son indelebles y uno ni siquiera se da cuenta. Mensajes subliminales (casi publicitarios) para atrapar al televidente y traerlo de vuelta al asunto: probablemente después de los cortes comerciales.
Un fragmento como el descrito es el siguiente:
Pero bueno, para no hacerles el cuento largo, les dejo el guion del tercer capítulo de la primera temporada aquí.
Por: Fernando Valdez
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