Si eres cineasta tienes que ver todo tipo de películas
Psst. Oye, we. Acércate. No tanto. Así está bien, we. Soy un cineasta, we. ¿Quieres saber cómo ver las pelis siendo cineasta, we? Te voacontar un secretito.
Lo primero que todo cineasta debe de aprender a hacer es distanciarse de la experiencia. ¿Te refieres a que se siente hasta atrás de las salas del cine? No, me refiero a que debe ser capaz de experimentar completamente la película mientras se mantiene lo suficientemente lejos como para poder darse cuenta de lo que está sintiendo, de las emociones que tiene, de las ideas que le rondan la cabeza, de las sensaciones que experimenta, etc.
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Sé que esto se escucha súper difícil de hacer, pero puedes empezar ahora mismo, preguntándote cómo te hacen sentir estas palabras, si quieres golpear al que las escribe, si ya te aburrieron y demás. Es decir, empieza a practicar con experiencias más pequeñas que no requieran mucha inversión emocional y racional de tu parte, para poco a poco ir llevando ese aprendizaje a las películas.
Si bien las partes que conforman el cine son importantes por sí mismas, lo que realmente causa el efecto es el conjunto. Así que, una vez que tiene dominada esta nueva forma de ver el cine, el cineasta mira qué fue lo que lo hizo sentir de determinada manera:
- ¿Fue la fotografía combinada con el guion?
- ¿Fue el diálogo combinado con la increíble forma en que el actor entregó la línea?
- ¿Fue la coreografía de aquel baile combinado con la iluminación?
- ¿Fueron todas las opciones anteriores?
- Conquistar Polonia.
Otra de las cosas a las que se atreve el cineasta es a ver “Mirreyes contra Godínez”. Sí, escuchaste bien. Se atreve a ver películas “malas”. Si piensas que no tienes nada que aprender de una película que fue vista por más de un millón de personas en México durante su primer fin de semana, deberías de reconsiderar tus posturas. Pero bueno, si ésta no es suficiente razón como para ver “malas” películas, aquí te va otra. Las buenas películas están construidas de tal manera que todas sus partes (la fotografía, el guion, la escenografía, etc.) trabajan cohesivamente.
Las películas “malas” en cambio, tienen sus partes más desunidas, lo cual hace más fácil diferenciar lo que funciona de lo que no, y los agujeros que pudieron ser trabajados de otras maneras.
Por último, no temas re-imaginar lo que no te gustó de cada película. ¿Qué hubieras hecho diferente? ¿Cómo lo hubieras resuelto? ¿Qué de lo malo es un poco rescatable? ¿Cómo le darías un giro para que fuera más entretenido?
Gracias por escucharme, we. Diles a tus amigos que aquí ando, we. Te estaré esperando en el siguiente artículo.
Por: David Ricardo Vázquez García
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