El tren del terror en México: De la Llorona a Belzebuth
Cuando pensamos en cine de terror mexicano las imágenes que vienen inmediatamente a nuestras mentes son aquellas protagonizadas por luchadores combatiendo entidades malignas, generalmente reducimos nuestra historia fílmica a unos cuantos ejemplos y creemos que en México no existe este tipo de cine pero, a pesar de la poca producción, el terror siempre ha existido en la filmografía nacional gracias a algunos valientes que han sacado la casta por el horror mexicano.
En este artículo, vamos a hablar de algunos momentos clave del horror nacional… ¡Bienvenidos al tren del terror en México!
Primera parada:
El cine sonoro llegó acompañado por el terror a las salas de cine en México. Unos años después de que el sonido directo se incorporara a la industria fílmica nacional se presentó la primera película que se catalogaba como terror. Hablamos ni más ni menos que de “La llorona” (1993), cinta dirigida por Ramón Peón, la cual, echaba mano de una de las leyendas típicas de nuestro país para espantar al respetable.
Podríamos considerar esta película como un experimento que ponía a prueba los alcances del sonido y del género, fue el primer paso que el cine mexicano dio hacia el lado oscuro.
Segunda parada:
No podemos olvidar el apogeo del cine de terror mexicano ni a su principal exponente: Carlos Enrique Taboada
Creador de los relatos fílmicos nacionales más aterradores, su filmografía incluye clásicos como: Hasta el viento tiene miedo (1968), El libro de piedra (1968), Más negro que la noche (1975) y Veneno para las hadas (1984)
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Sus películas gozan de bastante popularidad dentro de los amantes del género y han servido como inspiración para nuevos cineastas, incluso, hemos vivido un relanzamiento de su obra a partir de varios remakes que se han producido en los últimos años.
Tercera Parada
La siguiente estación del tren del terror hace una parada en lo crudo y lo violento del género, nos referimos a la importación de los subgéneros del gore a nuestra filmografía nacional, entre las películas más representativas de esta corriente podemos encontrar: “La mansión de la locura” (1973) y “Satánico Pandemonium” (1975).
Cuarta Parada:
Cuando el tren del terror estaba a punto de estancarse con unas vías llenas de sangre y vísceras a finales del milenio, llega un joven llamado Guillermo del Toro a salvar el día con “Cronos” (1992). Cinta de vampiros que retoma de nuevo el estilo de Carlos E. Taboada y se aleja de los “slasher” que casi causan un oscurantismo en el cine de terror mexicano.
A Guillermo se le suman otros héroes como Jorge Luke con “El sacristán del diablo” (1992), Daniel Gruener con “Sobrenatural” (1996) y Leopoldo Laborde con “Angeluz” (1998).
Quinta parada:
Este tren ya no se iba a estancar, se puso de nuevo en marcha y ahora tomó rumbo a tierras internacionales con “México Bárbaro” (2014), un filme constituido por 8 cortometrajes dirigidos por diversos directores, entre los que se encuentran Lex Ortega, Isaac Ezban y Aaron Soto. Este ejercicio sirvió como vitrina internacional para una nueva camada de cineastas mexicanos que están haciendo cosas bastante interesantes, cada uno desde su respectiva trinchera y con su estilo particular.
Podemos mencionar en esta parada la opera prima de Russel Álvarez, la película titulada “El que vendrá (2015) se une a estos filmes nuevos que lograron mantener la identidad de México, balancearon fenomenalmente los subgéneros del gore, y renovaron el terror hecho en tierras aztecas.
Entre toda esta locura florecieron también dos grandes festivales que ya tienen más de 10 años de existencia: “Macabro” y “Mórbido, ambos con cede en la Ciudad de México, los cuales, se han vuelto referencia para los cineastas que están explorando el género y que quieren darle salida a sus trabajos de manera local e internacional.
Las siguientes estaciones lucen prometedoras, en especial una cuyo título escrito en grandes y luminosas letras rojas, reza el nombre de “Belzebuth”.
Tuvimos oportunidad de ver un work in progress de esta película en Blood Window hace algunos ayeres y les podemos decir con total y absoluta confianza que Emilio Portes ha creado una película interesante y diferente, cabe resaltar que Portes ha adquirido relevancia y nombre en la industria nacional gracias a sus peculiares comedias y el salto que da a este nuevo género le da un giro emocionante su carrera. Belzebuth es una película que vale la pena verse y discutirse (sobre todo algunas decisiones de guion que no vamos a spoilear pero que merecen un análisis más profundo) así que este fin de semana vayan a verla y la platicamos el lunes.
¿Les gusta la idea o les va a dar miedo?
Por:David Ricardo Vázquez García y M. Alberto Román M.
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